Su Divinísima Santidad, Patriarca Ecuménico Bartolomé, Arzobispo de Constantinopla – Nueva Roma
I. Origen del Patriarcado Ecuménico
La gran Iglesia de Cristo tiene sus inicios en la zona del antiguo Bizancio, en Asia Menor, en el primer siglo de la Cristiandad. De acuerdo a la Tradición, el Apóstol Andrés, el primer llamado de los apóstoles, ordenó al primer obispo de la ciudad, como así también a los obispos de las ciudades de Nicea, Calcedonia, y Heraclia en la susodicha región. El obispo de Bizancio fue llamado Arzobispo de Constantinopla- Nueva Roma, alrededor del año 330 de nuestra era, cuando el Emperador Constantino trasladó la capital del Imperio Romano a Bizancio, la cual fue llamada Constantinopla, o también "Nueva Roma". El Emperador Constantino convocó el primer Sínodo Ecuménico en el año 325 de nuestra era, es decir el primero de los siete Sínodos Ecuménicos que fueron realizados bajo la jurisdicción de la recientemente organizada Iglesia de Constantinopla, y en el cual fue redactado el "Símbolo de la Fe" como símbolo de la fe cristiana y los sacros cánones de la Iglesia cristiana que tienen validez hasta hoy.
El rol del Arzobispo de Constantinopla- Nueva Roma como Patriarca fue definido a continuación con los cánones del segundo y cuarto Concilio Ecuménico de la Iglesia indivisible, los cuales se llevaron a cabo en el 381 en Constantinopla y en el 451 en Calcedonia respectivamente. En estos dos Concilios Ecuménicos fue reconocida oficialmente la sede de Constantinopla como Patriarcado y como primera sede del Oriente. El título exacto de "Patriarca Ecuménico" le fue concedido al Arzobispo de Constantinopla en un Sínodo que fue convocado en Constantinopla en el 587 D.C.
II. Fundación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Después del gran cisma de la Iglesia cristiana en el 1054, el cual produjo la ruptura entre el Oriente y la Iglesia occidental, el Patriarcado Ecuménico se convirtió en el centro del Oriente – o más precisamente- de la Iglesia Ortodoxa, la cual se refiere a éste como el guardián de los fundamentales e inmutables dogmas y cánones de la indivisible cristiandad. El Patriarca Ecuménico fue reconocido por todos los jerarcas ortodoxos como el "Primus inter pares", es decir como el primero entre sus pares.
Hoy, el Patriarcado Ecuménico -con sede en Constantinopla- continúa teniendo el lugar de preeminencia entre las Iglesias cristianas ortodoxas en todo el mundo. Su Divinísima Santidad, el Patriarca Ecuménico Bartolomé actúa como el líder espiritual y representante mundial de los 300 millones de cristianos ortodoxos en todo el mundo. La extensión de la Iglesia Ortodoxa en la diáspora ha anulado las distinciones históricas ente el Oriente y el Occidente.
El Patriarca Ecuménico tiene la responsabilidad histórica, canónica y teológica para la génesis y la programación de acciones e iniciativas las cuales envuelven a todas las Iglesias Ortodoxas, ya sea que se encuentren bajo la directa jurisdicción del Patriarcado o sean independientes o autónomas. En estas acciones es comprendida la convocatoria de los Sínodos para que se promueva el diálogo entre las Iglesias y confesiones y para que se solucionen y se subsanen problemas de actualidad.
III. El Patriarca Ecuménico: La voz de la Iglesia por los martirios y las persecuciones que sufrieron los cristianos
Su Divinísima Santidad, el Patriarca Ecuménico Bartolomé es la voz de la sufrida Iglesia cristiana ortodoxa, la cual ha sobrevivido a muchas de las más fuertes y penosas persecuciones religiosas que ha conocido la humanidad en los últimos 100 años y que constituyen los hechos más increíbles de la historia de la dos veces milenaria historia de la cristiandad.
En las primeras décadas del siglo veinte desaparecieron por completo poblaciones de cristianos ortodoxos en toda la Europa del Sudeste, en Asia Menor y en Creta. Cientos de obispos, cientos de miles de sacerdotes, monjes y monjas y millones de fieles ortodoxos fueron ajusticiados o fueron condenados a muerte lenta en los Gúlag de Siberia. Asimismo, la Segunda Guerra Mundial tuvo como resultado el holocausto de 700.000 serbios ortodoxos que vestían un brazalete azul con la letra "P" que significaba "Pravoslavni" es decir ortodoxo, los cuales fueron conducidos a campos de concentración a la par de sus vecinos hebreos. Después de la Segunda Guerra Mundial, la cortina de hierro hirió a la Iglesia Ortodoxa, la cual continuó siendo un objetivo de una sistemática campaña de presión, desaparición y muerte la cual comprendía Albania, Bulgaria, Rumania y, por un tiempo, hasta la Hélade misma.
IV. El Patriarca Ecuménico: Portador de paz y de reconciliación
El Patriarcado Ecuménico se encuentra estratégicamente en el cruce del Oriente y del Occidente y este hecho le concede una única y peculiar percepción de las religiones y de las tradiciones culturales que existen a nivel mundial. El Patriarca Ecuménico Bartolomé ha incitado fervorosamente el diálogo entre el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo y se ha acercado vigorosamente al Extremo Oriente. En el año 1996 se realizó la primera visita del Patriarca Ecuménico a Hong Kong y el Primado de la Ortodoxía fundó allí una Metrópolis Ortodoxa. Esta fue la primera presencia oficial de la Ortodoxía y de su líder en China desde la época de la Segunda Guerra Mundial.
El Patriarca Bartolomé con la "Iniciativa Blatadon", la cual fue creada con su consenso en Mayo de 2006 en el homónimo Monasterio de Tesalónica, ha aportado decisivamente a la reconciliación y la paz entre los pueblos de los Balcanes, como en el caso de Bosnia. Conjuntamente con el Patriarca Pablo de la Iglesia Serbia Ortodoxa promovieron la cooperación entre las comunidades católicas, musulmanas y ortodoxas de la ex Yugoslavia. Asimismo co-subvencionó el Congreso para la paz y la reconciliación en Constantinopla en el año 1994, el cual trajo mano a mano a cristianos, musulmanes y hebreos. Poco después, en el Congreso interreligioso de Berna en Suiza es redactada la Declaración del Bósforo, la cual recitaba lo siguiente: "El crimen que se realiza en el nombre de la religión es un crimen contra la religión". En los subsiguientes años continuó apoyando prácticamente estas iniciativas viajando a Bahrein en Septiembre de 2000 con el objetivo de cultivar más profundamente el diálogo interreligioso.
Después de la tragedia del 11 de Septiembre, S.D.S el Patriarca Ecuménico Bartolomé viajó sin descanso disertando sobre el espectro del terrorismo mundial y apoyando a la acción y comunicación interreligiosa. A fines de Diciembre de 2001 presidió en Brucelas conjuntamente con Romano Prodi, entonces presidente de la Comisión Europea, una gran reunión interreligiosa con tema " La paz de Dios en el mundo", en la cual se reunieron los más renombrados líderes religiosos del Cristianismo, del Islam y del Judaísmo. Los participantes firmaron la "Declaración de Brucelas", la cual, entre otras cosas, se refería: "es responsabilidad de los líderes religiosos evitar tales demostraciones de celo religioso las cuales no se condicen con la fe religiosa". De esta forma fue condenada la violencia, el terrorismo y el maltrato humano, pues ninguna religión no las justifica, siendo así contrarias al espíritu de paz y de justicia.
El 12 de Diciembre de 2001 S.D.S viajó a Irán y habló en el Ministerio del Exterior sobre "El aporte de la religión en la construcción de la paz en el mundo actual".
V. El Patriarca Ecuménico: Paladín del Medio Ambiente
S.D.S el Patriarca Bartolomé ha defendido continua e insistentemente sus posiciones en los congresos sobre el Medio Ambiente por lo cual ha sido llamado "el Patriarca Verde". En el año 1994 organizó el Seminario de Instrucción sobre Medio Ambiente y Religión en Halki, en donde se encuentra la Escuela Teológica del Patriarcado.
Desde 1995 ha organizado ocho simposios flotantes para el estudio del problema de la contaminación de las aguas que cubren siete décimos de la superficie de la tierra. Los simposios, en los cuales participaron científicos, especialistas en Medio Ambiente, políticos y líderes religiosos, llamaron la atención de la opinión pública mundial sobre temas que hacen referencia al continuo deterioro del Egeo, del Mar Negro, del Danubio, del Adriático, del Báltico y del Amazonas. Asimismo, en el año 1997 organizó en Halki el Seminario sobre el Medio Ambiente y la Ética y en California el Simposio sobre el Medio Ambiente.
En el año 2000 la organización sin fines de lucro Scenic Hudson en una ceremonia especial en Nueva York le concedió la distinción internacional del Visionario de los acontecimientos del Medio Ambiente.
S.D.S el Patriarca Bartolomé ha hablado y ha escrito ampliamente sobre los problemas actuales del Medio Ambiente. Ya desde el año 1992 ha propuesto a los primados de las Iglesias Ortodoxas el día 1ro de Septiembre sea considerado como día de plegaria para el Medio Ambiente. Ha declarado que "no es posible que creamos que no dejamos nuestras marcas en el Medio Ambiente. Sin embargo, es menester que elijamos y que lo utilicemos de una determinada manera que refleje la fealdad y la suciedad, o más bien de otra manera más sublime que refleje que su hermosura revela la mano de Dios en nuestros actos."
VI. El Patriarca Ecuménico: Líder Mundial
Conjuntamente con el Papa Juan Pablo II el Patriarca Ecuménico Bartolomé ha marcado un insuperable progreso hacia la dirección de la reconciliación de la Iglesia romana católica con la ortodoxa. Fue miembro de la comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias durante 15 años, de los cuales los ocho se desempeñó como presidente, y fue elegido como miembro de la comisión ejecutiva y central del susodicho organismo.
Todo lo escuetamente mencionado en conjunción con sus innumerables esfuerzos por la libertad religiosa y la defensa de los derechos humanos lo constituyen como uno de los más importantes apóstoles del amor, de la paz, de la reconciliación y de la justicia para la humanidad y todas las creaciones.